Los vehículos eléctricos pueden ser clasificados en 3 tipos principales de tecnologías: eléctricos a batería, eléctricos híbridos enchufables (motor de combustión y motor eléctrico) y eléctricos con celdas de combustible de hidrógeno. En los tres casos se utiliza un motor eléctrico que proporciona movimiento al vehículo utilizando electricidad como fuente de energía. Sin embargo, una de las principales diferencias está en el origen de la electricidad que fluye hacia el motor para cada tecnología.
Conocido por su sigla en inglés como BEV (Battery Electric Vehicle), almacena electricidad en sus baterías cargándose a través de la red convencional de distribución eléctrica.
Conocido por su sigla en inglés como PHEV (Plug-in Hybrid Electric Vehicle), almacenan electricidad en baterías y funcionar igual que un BEV. Además, tienen un motor de combustión interna para operar como cualquier vehículo convencional.
VEHÍCULO CON CELDA DE COMBUSTIBLE DE HIDRÓGENO
Conocido por su sigla en inglés como FCEV (Fuel Cell Electric Vehicle), utilizan electricidad que se produce en el mismo vehículo a partir del hidrógeno. Un FCEV se recarga entonces con hidrógeno en forma de gas y no con electricidad.
Las tres tecnologías de vehículos eléctricos tienen en común un sistema de tracción o propulsión que integra un motor eléctrico, un banco de baterías de mayor o menor capacidad (kWh) y un sistema de freno regenerativo. Este último es clave para incrementar la eficiencia en la conducción.