Preguntas frecuentes
Esta sección compila una serie de preguntas realizadas durante los Talleres Ciudadanos de Hidrógeno Verde. Se han clasificado las preguntas en categorías y los textos han sido editados en su gramática y redacción para facilitar su comprensión por un público más amplio que solo el autor de la pregunta.
Características técnicas y económicas del hidrógeno
Depende de la tecnología exacta utilizada en su producción. La electrólisis alcalina, la más difundida actualmente, requiere de un máximo de 51 kWh/kgH2 (eficiencia de conversión 65%). A medida que las tecnologías continúen su desarrollo, se requerirá cada vez menos electricidad por unidad de hidrógeno.
Los electrolizadores generalmente requieren de agua pura. Esta puede provenir de cualquier fuente, mientras se realicen los procesos de desalación y desmineralización necesarios (incluso debe ser desmineralizada el agua si se toma de una fuente dulce). El costo del agua impacta en menos del 1% al costo final del hidrógeno y se requiere relativamente poca agua (10 litros por kilogramo de hidrógeno verde), por lo que utilizar agua desalada en zonas de escasez hídrica no es una barrera al desarrollo del hidrógeno. Es más, en lugares como Australia se han desarrollado proyectos que usan excedentes de desaladoras ya existentes . En paralelo, investigadores e innovadores en todo el mundo están desarrollando tecnologías y materiales para realizar electrólisis directa del agua de mar de manera eficiente , incluyendo empresas chilenas. Por tanto, la localización de las plantas de producción de hidrógeno verde no está completamente restringida por la disponibilidad de agua dulce, sino que se determinará principalmente por la existencia de buenos recursos energéticos renovables (viento, radiación solar, etc) y de una potencial demanda relativamente cercana.
Tendrá usos domésticos, aunque no necesariamente sea difundido en todas las regiones y hogares. Lo que se ha visto en Europa y Asia, lugares en que el uso de este combustible está más desarrollado, es que el hidrógeno es usado por el público general en 2 aplicaciones principales. Una es el uso de vehículos particulares a hidrógeno , de los cuáles hay hoy modelos comerciales Hyundai, Toyota y Honda, los que son cargados por sus usuarios en estaciones de servicio de acceso público, como una gasolinera convencional, y pueden ser estacionados en cualquier lugar de la ciudad. El otro uso es el de reemplazo de gas natural o el Gas Licuado de Petróleo (GLP) en aplicaciones como calderas y cocinas residenciales, ya sea parcialmente como mezcla hidrógeno-gas o reemplazando 100% por hidrógeno. Por ejemplo, en la universidad de Keele se han hecho diversas pruebas exitosas con hasta 20% de hidrógeno mezclado en la red de gas sin necesidad de modificar los artefactos .
Un automóvil sedán de gasolina suele rendir 15 km/litro , mientras que un sedan a hidrógeno rinde aproximadamente 100 km/kgH2. Recorrer 100 km requeriría entonces 5.5 kg de gasolina o 1 kg de hidrógeno. El Toyota Mirai a hidrógeno tiene hoy una autonomía de 500 kilómetros .
No siempre tendrá sentido económico o técnico utilizar hidrógeno en reemplazo de la electricidad directa como solución energética limpia. En diversos procesos, como en autos compactos urbanos o en calefacción residencial en ciudades sin redes de gas, la electrificación directa de los usos podría ser significativamente más competitiva que el hidrógeno. Por otro lado, en casos como transporte pesado de recorridos de larga distancia, el hidrógeno se proyecta como más competitivo. En general, el hidrógeno es una solución limpia conveniente cuando ya existe infraestructura instalada de transporte y distribución y cuando se requiere una densidad energética muy alta (mucha energía en poca masa o volumen) . La clave para la descarbonización de la economía completa es precisamente la complementariedad entre el hidrógeno y diversas otras soluciones bajas en carbono .
En general una planta de producción de hidrógeno tiene una huella territorial baja, pues son equipos relativamente compactos. Por ejemplo, un estudio determinó que una planta de electrólisis de 1 GW de capacidad ocuparía entre 8 y 17 hectáreas (1 hectárea equivale aproximadamente a una cancha de fútbol). Con esa planta se podría suplir aproximadamente 3 veces la demanda actual de hidrógeno (gris) de ENAP en Chile. Además del terreno para la planta misma, se requiere el suministro de agua y de electricidad, además de una forma de transportar el hidrógeno producido hacia su punto de consumo. Estas infraestructuras pueden tener la forma de instalaciones aledañas, gasoductos, líneas de transmisión u otras instalaciones, pero su tamaño y características dependerán fuertemente del contexto: qué recursos hay disponibles en la cercanía, que infraestructura existente se puede reutilizar, quién es el usuario del hidrógeno producido, etc.
Depende de varios factores, como la tecnología escogida, el costo del suministro eléctrico y el uso que se le quiera dar (por ejemplo, no es lo mismo el hidrógeno usado para producir metanol que para cargar un vehículo, pues este último requiere ser presurizado). En general, estudios y reportes públicos estiman un costo de producción actual entre 4 y 5,5 USD/kgH2 verde en Chile . Se proyecta en diversos estudios que estos costos disminuirían a entre 1,5 y 2,5 USD/kgH2 en Chile al 2030.
Como referencia, un costo de producción de 1,5 USD/kgH2 hace que el hidrógeno verde se vuelva competitivo contra el hidrógeno gris de gas natural. Si se llega a un costo de producción de 1 USD/kgH2, el hidrógeno verde se volvería competitivo contra el mismo gas natural como energético.
Riesgos e impactos
Las respuestas de esta sección consideran referencias y estudios públicamente disponibles. La agencia de cooperación alemana GIZ, en coordinación con el Ministerio de Energía, se encuentra realizando un estudio de levantamiento de potenciales impactos ambientales y sus mecanismos de mitigación. Se planea que esté finalizado y disponible públicamente en octubre de 2020.
El hidrógeno es un combustible, por lo que -como cualquier otro combustible- tiene que ser manejado, almacenado y utilizado con precauciones y estándares adecuados. Es una sustancia inflamable (“prende fuego”), aunque no es tóxica para el humano o la fauna y no es corrosivo con los materiales. En el mundo se utilizan aproximadamente 70 millones de toneladas de hidrógeno al año, por lo que hay bastante experiencia acumulada en su uso seguro. Estudios sí han identificado desafíos en Chile en regular sus nuevos usos y su uso por usuarios no expertos . En particular para el caso de estaciones de servicio y vehículos a hidrógeno, se han dado efectivamente explosiones en circunstancias específicas, aunque se han mejorado las tecnologías para gestionar los riesgos que en ese momento se dieron. Por otra parte, la vasta mayoría de las estaciones de servicio y vehículos han operado por varios años sin incidentes. Como cualquier combustible, tiene riesgos y tiene ventajas en ciertos casos, siendo incluso más seguro que los derivados del petróleo en diversos usos .
Se ha descartado un aumento del efecto invernadero por el uso de hidrógeno verde en diversas aplicaciones por dos razones: (1) No se está agregando masa de agua al ciclo hidrológico, puesto que se utiliza agua líquida que se evaporaría eventualmente (lo que difiere, por ejemplo, de usar agua de un glaciar o de la Antártica, pues esto introduce nueva masa de agua al ciclo hidrológico). (2) La masa de agua que utilizará cíclicamente la economía del hidrógeno es relativamente mucho más pequeña que diversos otros procesos humanos y naturales. Como referencia, las emisiones de vapor de agua por uso de hidrógeno verde como energético al 2050 podrían equivaler al 0,03% del vapor presente en la atmósfera . En comparación, el consumo de agua de la industria de los hidrocarburos global equivale a 150% la cantidad de vapor presente en la atmósfera.
Se puede, puesto que el vapor de agua emitido es agua pura, por lo que su condensado podría ser utilizado para volver a producir hidrógeno verde. Sin embargo, existe un desafío práctico en múltiples aplicaciones: atrapar de manera eficiente el vapor de agua producido. Es posible que en casos como calderas industriales pudiese atraparse el vapor para su condensación, pero en aplicaciones móviles o distribuidas (camiones, buses, calderas residenciales) esto no se ha siquiera explorado comercialmente por sus desafíos de implementación.
No, puesto que los combustibles fósiles se encuentran en depósitos geológicos y son el resultado de procesos termoquímicos de largo plazo sobre restos animales y vegetales . La producción y uso de metano sintético -o de cualquier otro combustible sintético- requiere captura de carbono del ambiente para producir el combustible y, luego, se vuelve a liberar en su uso, en un proceso carbono-neutral que no aumenta el efecto invernadero .
Dependerá del proyecto en específico y su configuración. El proceso de producción de hidrógeno verde no genera residuos, por lo que no se contaminaría el terreno con descargas líquidas o sólidas. Además, sus instalaciones no son más invasivas que cualquier instalación comercial o industrial (se deben construir calles, radieres, fundaciones para estructuras de baja altura, etc), las que pueden ser decomisionadas y retiradas con procedimientos estándares, dejando el terreno habilitado. Es importante notar que en general estos proyectos utilizan relativamente poco terreno (ver pregunta n°6).
Como se mencionó en la pregunta n°6, una planta de hidrógeno verde de 1 GW ocuparía entre 8 y 17 hectáreas de terreno (aproximadamente 8-17 canchas de fútbol). Proveer ese 1 GW de potencia eléctrica requeriría distintas extensiones de terreno dependiendo de la fuente de energía que lo alimente y de la capacidad de almacenamiento. Si se quisiera tener una operación continua de la planta de hidrógeno, se requerirían entre 6.000 y 9.000 hectáreas en planta solar fotovoltaica o aproximadamente 15.000 hectáreas en plantas eólicas, dado el factor de planta variable de estos generadores de electricidad.
La mayoría de los grandes proyectos de hidrógeno verde a nivel global están aún en desarrollo y construcción de sus primeras etapas. Sí existen ya varios proyectos piloto o demostrativos en operación . Dado que la cadena de valor del hidrógeno es larga y variada (desde la producción hasta un uso final en particular), las imágenes dependerán del segmento que se quiere analizar. En la web se pueden encontrar imágenes de proyectos de producción mediante electrólisis , estaciones de servicio para vehículos a hidrógeno , calderas a hidrógeno , entre otros.
Sociedad e industria
En primer lugar, que se crearán nuevos empleos calificados. Estos empleos se concentrarán no solo en la producción de hidrógeno verde, sino también en la construcción de las plantas de energía renovable que provean su electricidad, en la infraestructura necesaria para su transporte y almacenamiento y en todos los servicios que existen en torno a una industria de este tipo: desde servicios generales de limpieza y seguridad, hasta servicios especializados de informática, recambios tecnológicos y mantenimientos. Dado que la producción de hidrógeno verde local reemplaza principalmente combustibles fósiles importados desde el extranjero, se está creando una industria nueva que ofrece grandes oportunidades al desarrollo de capacidades locales.
El segundo impacto relevante es el aumento en la calidad de salud del público general por la reducción de contaminantes emitidos en el uso de combustibles fósiles para diversas aplicaciones. Por ejemplo, un camión que utiliza petróleo diésel emite contaminantes durante su operación, como material particulado, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, óxidos de azufre, hidrocarburos volátiles, entre otros . Todos estos compuestos tienen un impacto directo en la salud de la población cercana -el impacto y efectos dependerán de la concentración, tiempo de exposición y otras variables-. En este caso, el potencial impacto positivo del uso de hidrógeno es evidente: dado que solo se emite vapor de agua en su uso en un camión a hidrógeno, se evitan todos los impactos negativos de los contaminantes producidos por uso de diésel.
En todas las regiones existirán impactos por esta transformación energética, en mayor o menor medida. Ciertas regiones, como las de la zona norte del país o las del sur, se perfilan como potenciales zonas de producción a gran escala por su gran potencial de producción de energía renovable (ya sea solar u eólica, en estos casos) . En otras regiones, se dará el caso de que se utilice mucho hidrógeno en diversas aplicaciones. Este podría ser el caso de regiones con alto tránsito de camiones pesados de carga o donde existan industrias que puedan utilizar hidrógeno en procesos de calor. El Ministerio de Energía coordina constantemente desde su Unidad de Educación iniciativas para promover la capacitación de personal necesario para desarrollar proyectos de energía. En la medida en que la industria del hidrógeno comience a crecer y se necesiten más personas, se coordinarán iniciativas específicas con SENCE, CORFO y otros organismos relevantes para fomentar la participación de mano de obra local en proyectos y empresas. Un aspecto interesante es que buena parte de la cadena de valor del hidrógeno requiere capacidades similares a otras industrias presentes en el país, como por ejemplo la metalmecánica, obras civiles, etc.
Existe una sinergia natural entre la industria del hidrógeno verde y la infraestructura de gas, pues se puede mezclar en cierta fracción con gas natural sin requerir cambios relevantes e incluso la utilización completa de hidrógeno podría permitir la reutilización de una parte de la infraestructura. En la pregunta n°3 se destacan algunos casos actuales en Europa. Además, el hidrógeno experimentará una integración gradual a los sistemas energéticos y el gas natural seguirá siendo parte relevante del consumo energético por varios años más. Por último, una sinergia adicional es que el capital humano y las capacidades técnicas adquiridas localmente pueden reconvertirse de manera directa para participar de la industria del hidrógeno. Un reflejo de esto es que múltiples empresas de peso multinacional dedicadas a la industria del petróleo y el gas hoy están invirtiendo fuertemente en hidrógeno .
Múltiples universidades chilenas se han involucrado tanto en la investigación, como en la docencia y difusión del hidrógeno a lo largo de su cadena de valor. Universidades que se han acercado al Ministerio de Energía por este tema incluyen a la Universidad de Antofagasta, la Universidad de Magallanes, la Universidad Técnica Federico Santa María, la Universidad de Santiago, la Universidad de Concepción, la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Universidad de Chile, la Universidad de Talca. Dado que este es un tema en constante avance, es posible que diversas otras instituciones presenten avances de los que este Ministerio simplemente no conoce. Por último, es relevante remarcar que la Asociación Chilena de Hidrógeno está levantando un catastro de grupos de investigación en Chile dedicados al hidrógeno con el fin de conectarlos y generar redes.
Por una parte, se ha observado en años recientes que las empresas que desarrollan proyectos de energía han incorporado dentro de sus prácticas y orgánicas la capacidad de realizar procesos participativos. Estos procesos de diálogo y participación buscar conocer y considerar los diversos intereses de los habitantes locales en la toma de decisiones sobre el proyecto. No hay razón para considerar que esta tendencia pudiera revertirse solo para el hidrógeno.
Por otra parte, el Ministerio de Energía busca facilitar estos procesos mediante su División de Participación y Relacionamiento Comunitario. Sus iniciativas pretenden asegurar la participación temprana y continua entre los desarrolladores de proyectos y las comunidades donde éstos se quieren emplazar a través de la elaboración de instrumentos metodológicos adecuados a la industria y la capacitación de los actores relacionados, con el objetivo de nivelar las asimetrías existentes y permitir así el buen desarrollo de los procesos de participación y diálogo empresa-comunidad-gobierno local.
Además, el Ministerio de Energía buscar promover el desarrollo de mecanismos de asociatividad entre las comunidades locales y los proyectos de energía que permitan contribuir al desarrollo de la localidad que los recibe. A través de la vinculación entre actores públicos y privados, la entrega de información y capacitación a los actores involucrados y la facilitación de los procesos de diálogo para que éstos se generen. Para esto, se exploran los siguientes instrumentos:
● Desarrollo de proveedores locales: promover capacitación y fortalecimiento de personas y proveedores locales para que sea contratada directa o indirectamente por el proyecto.
● Mecanismos de gobernanza: en el caso que los proyectos decidan o hayan acordado con la comunidad la entrega de un monto anual para invertir en el desarrollo local, este debe ser gestionado por un mecanismo de gobernanza multiactor que vele por su buen desarrollo, en forma participativo, transparente y con rendición de cuentas.
● Compartir propiedad del proyecto: que las comunidades locales puedan ser parte de la propiedad – en conjunto con la empresa – del proyecto, aportando financieramente en su desarrollo.
Estado y desarrollo